La procedencia de las mandarinas, el viaje del chocobollo al mar y el mástil torcido
Después de todo un año, esta ronda llega a su fin, siendo cerrado por ese gran acontecimiento, que nos ha reunido a casi todos durante diecisiete días: El Campamento. El cual hemos estado planificando y preparando durante muchas horas antes.
¡Y otro más para la colección!
Los Ranger nos lo pasamos genial en el campamento de verano porque es el mejor momento de toda la ronda, donde compartimos día y noche con el resto de la Tropa y el Grupo.
Este verano hemos ido del Oeste y teníamos que conquistar el nuevo territorio, es decir, el territorio de La Revilla. A dicha zona llegaron las familias Smith, Dalton, Williams y Banks para conseguir hacerse con ese pedazo de terreno. Para ello tenían que demostrar sus habilidades a diferentes habitantes de la zona, como al verdugo con sus habilidades para las construcciones, o al indio con sus conocimientos del medio y cómo esconderse.
¡LA MANADA SEEONEE NOS CUENTA SU CAMPA!
¡Ya estamos de vuelta!
Pero… ¡empecemos por el principio! ¿Os acordáis que los lobatos nos íbamos al campamento para ir a una fiesta a la que nos habían invitado los Monos Bander-log? Pues os contamos todo lo que ha pasado, pero sabed que al final no hubo fiesta.
¡YA NO HAY SERPIENTES!
¡POR FIN OS CONTAMOS! Pues sí, aunque volvimos ya hace unos cuantos días del campa, los Lobatos aun no os habíamos contado toooooodo lo que hicimos en el campamento. Nos fuimos con los Ranger a pasar 4 geniales y divertidísimos días a la Granja-Escuela de Arlanzón.
Luz de la Paz de Belén
Otro año más llega la Navidad y con ella llega el reparto de la Luz de la Paz de Belén. Para los que no sabéis que es esto, os lo explicamos a continuación.
Es una iniciativa que nació en el movimiento Scout austriaco. Ayudados por Scouts de diferentes países del mundo, entre los que está España, reparten la Luz de la Paz encendida cada año por un niño o niña austriaco en la cueva del Nacimiento de Jesús en Belén.
1, 2, 3….¡A bailar!
La Tropa Impeesa llega para contaros cómo nos ha ido en el campamento. Han sido unos días inolvidables, en lo que entre muchas otras cosas, hemos aprendido a bailar, a estar más unidos y pasárnoslo en grande.
HERVIR, SERVIR Y VIVIR
El otro día, Sara me recordó la parábola de los talentos (Mt 25, 14-27). A cada uno de nosotros, nuestro Padre del cielo nos ha dado unos dones. Yo tengo algunos. Tú tienes otros. O tal vez los mismos. Pero no es cuestión de saber si mis dones son peores o mejores que los tuyos. Y tampoco es una carrera, en la que tengo que conseguir más dones o hacer que sean mejores. Entonces, -¿para qué quiero los dones?-, os estaréis preguntando…
Jesucristo nos da una respuesta en la misma parábola: “El que había recibido cinco talentos fue a negociar en seguida con ellos y ganó otros cinco. […] ‘Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado”. El que recibió los talentos los usó, pero lo que consiguió no fue para él. Lo fundamental no es tener muchos dones, ni ganar mucho con ellos para nuestro beneficio personal. Sino lo que realmente importa es lo que hacemos con ellos en pro de los demás. Y este campamento es una opotunidad excelente para utilizar nuestros dones.
Durante quince días, todos nosotros compartiremos campa, comedor, juegos, canciones y muchas risas. Encontraremos muchísimos momentos en los que, con nuestros dones, podremos hacer cosas por los demás, sin que haga falta que nos lo digan, y cuando estemos realizándolas, no daremos cuenta de que incluso disfrutamos haciéndolas.