La Tropa Impeesa llega para contaros cómo nos ha ido en el campamento. Han sido unos días inolvidables, en lo que entre muchas otras cosas, hemos aprendido a bailar, a estar más unidos y pasárnoslo en grande.
El primer día, tras llegar y organizar todo en la casa, nos tocó clase de portés. Vaya risas que nos echamos con nuestro profe molongo Guillermo. Aprendimos mucho y la verdad que nos dio ideas para nuestros bailes. Por la noche, tuvimos un gran juego por el pueblo con el resto de ramas.
Tras un descanso bien merecido, por la mañana nos fuimos a la residencia de ancianos de Pradoluengo, a amenizar la mañana a sus residentes. Les enseñamos a hacer el farolillo de la Luz de la Paz de Belén y les entregamos la Luz, luego jugamos unos bingos y antes de irnos cantamos con ellos unos villancicos. ¡Qué mañana tan entretenida! Nos encantó hacer felices a todos los residentes y ver su sonrisa.
Por la tarde, seguimos con los bailes. Vino Elena, antigua responsable del grupo, a darnos una clase de bailes latinos. Fue muy divertido y acumulamos más ideas para nuestros bailes.
Por la noche, una velada de juegos y pequeñas dinámicas para terminar de perder la vergüenza de cara a nuestra actuación final.
Ya se acercaba el gran día. El domingo por la mañana tuvimos tiempo para seguir ensayando los bailes y también para aprender a maquillarnos de cara a la puesta en escena de nuestras coreografías. Por la tarde, realizamos una actividad de fe en la que aprendimos a ver la eucaristía como una fiesta.
La noche del domingo fue la decisiva, porque tuvimos que demostrar todo lo que habíamos trabajado. Tras cenar una riquísima lasaña, nos cambiamos y preparamos para nuestra actuación final. Dejamos a los jueces asombrados con nuestra progresión desde el comienzo del trimestre. Fue tal el asombro, que nos propusieron volver a hacer los bailes al día siguiente, en el boom de grupo, y como buenos Scouts que somos y que nunca nos rendimos ante las dificultades, aceptamos el reto.
El lunes fue un día duro de reflexión, ya que tuvimos el tercer consejo en el que hablamos de nuestros puntos fuertes y débiles y cómo mejorar de cara al próximo trimestre.
El boom de tropa fue espacial, ya que realizamos un viaje interestelar por diferentes planetas que teníamos que conocer para buscar una alternativa a la Tierra, ya que se están acabando sus recursos. Al final decidimos que los otros planetas no nos gustaban y que lo que tenemos que hacer es cuidar el que tenemos para que nos dure mucho, mucho tiempo.
Esa misma noche, Adrián y Alejandro hicieron su compromiso Ranger. ¡Enhorabuena! Ahora forman parte del Consejo de Honor de la Tropa y les toca trabajar un poco más de lo que ya hacen, para poder ser un ejemplo para el resto de la Tropa.
Y qué mejor forma de acabar la noche que con una gala. Tras las campanadas de fin de año, la Tropa Impeesa demostró sus habilidades de baile, dejando al resto del grupo asombrado, alucinado, flipado, encantado, estupefacto… Nosotros quedamos muy satisfechos con nuestro trabajo. Y como toda buena gala que se tercie, al final tuvimos un rato de bailoteo para todos.
Al día siguiente terminamos de recoger y limpiar la casa y partimos de regreso a nuestras casas con la mochila llena de historias que contar y recuerdos que guardar.
La verdad que ha sido un trimestre super chulo que ha acabado con un campamento inmejorable, así que muchas gracias a todos por vuestras ganas y entusiasmo.
A seguir así que esto solo ha hecho que empezar.
La Tropa Impeesa