Viendo a los invisibles
A la gente sin hogar le duele sentirse invisible. Cuando se quedan en la calle han pasado normalmente por un proceso de muchos obstáculos y uno de ellos es que van perdiendo el contacto con cualquier amigo o familiar que pudieran apoyarles. Algunos de ellos llegan a vivir en la calle donde el resto de las personas como dice Adrián, de 13 años, ni les miramos a la cara muchas veces porque nos dan miedo o vergüenza, como dice Lucía.
El 7 de Enero unas nueve o diez familias de Sayela decidimos ir a pasar la tarde con ellos y a intentar contribuir al proceso que llevan de recuperar su identidad entregándoles un regalo simbólico con la inicial de su nombre. Los Lobatos y los Ranger fueron nombrando a cada uno de ellos para entregarles las camisetas con la inicial correspondiente que habíamos pintado en la base y dándoles dos besos con sus aplausos incluidos. Nos divertimos todos mucho, ya que parecía una entrega de premios.
