Nuestro trimestre ha sido bastante movidito ya que hemos hecho un montón de cosas, pero empecemos por el principio.
Un día llegó Kaa a la reunión y nos contó una historia que le había venido a la cabeza cuando intentaba recordar como le salvo la vida a Mowgli en las moradas frías. Nos contó que cuando estaba luchando contra los monos Bander-log no sabe como pero se adentro en una cueva muy oscura en la que vivía una cobra muy grande que escondía un gran tesoro pero como estaba muy oscuro Kaa no pudo ver con nitidez de que se trataba, así que nos propuso ir a ese lugar e investigar de que se trataba tal tesoro.
Antes de ir a ese lugar nos tuvimos que preparar a conciencia ya que nos sabíamos con que nos encontraríamos, así que las reuniones las dedicamos a saber trabajar en equipo y a desarrollar nuestros sentidos mediante unos juegos de Kim.
Al ver que estábamos preparados Kaa nos llevó a ese lugar misterioso, así que nos fuimos de salida a Sotragero un fin de semana.
Ya allí, en Sotragero, nos encontramos una cinta nada más llegar que era de Capucha Blanca, la cobra que nos comento Kaa que guardaba el tesoro.
Capucha Blanca nos contó que era el guardián del tesoro del rey y que tenía en su poder un objeto que a todos los hombres les hace perder la cabeza y todos quieren poseer. Ese tesoro era “”EL ANKUS DEL REY”.
Esa misma noche nos preparamos realizando un juego nocturno para conseguir el mapa que nos llevaría a Capucha Blanca para llevarnos el Ankus.
Una vez en la cueva de Capucha Blanca tuvimos que ser rápidos y sigilosos para llevarnos el Ankus, y lo conseguimos. Ya en casa vimos bien que era el Ankus. Era una daga afilada llena de piedras preciosas y junto al Ankus había una cinta con un mensaje de un tal Abdul Karim que nos decía que nos deshiciéramos de el porque no traía más que desgracias.
Con este mensaje nos volvimos a nuestro cubil y seguimos haciendo las reuniones como si nada, pero en una de ellas nos encontramos todo el cubil desordenado y revuelto, como si alguien quisiera quitarnos el Ankus. Así que decidimos tenerlo siempre vigilado y esconderlo cada vez que nos fuéramos del cubil.
Entre toda esta historia tuvimos tiempo para ir a visitar el museo del MEH y recibir la luz de Belén junto al resto de los Scouts de Burgos. Y también grabamos un video para felicitar las navidades a todos los lobatos de Burgos. ¡Qué de cosas hemos hecho!
Pero aquí no termina la historia, porque todavía teníamos que decidir que hacer con el Ankus que le habíamos quitado a Capucha Blanca.
Nos fuimos todo el grupo de campamento de navidad a Poza de la sal. Allí decidiríamos que hacer con el Ankus. Pero para nuestra sorpresa la primera noche nos robaron el ankus, pero el ladrón se dejó un pasador en el lugar donde estaba escondido. A la mañana siguiente encontramos al ladrón, que sorpresa había sido un responsable del grupo, Ferco. Así que le pedimos amablemente que nos lo devolviera pero al ir a su habitación vimos que nos lo tenía. Se lo habían robado, pero se dejaron unas llaves con el nombre de un pueblo cercano, Valdelasviejas.
Nos pusimos camino a ese lugar y por el camino no fuimos encontrando piedras preciosas de nuestro Ankus, aligeramos el paso y al llegar a Poza de la Sal encontramos un rastreo que nos llevó hasta un mensaje de un tal Julián Martínez que nos pedía ayuda para deshacerse de el Ankus porque en el poco tiempo que había tenido el Ankus en su poder había cometido cosas que ni él se imaginaba que podría hacer, cosas que de las que sea arrepentía. Nosotros como buena manada que somos le propusimos un intercambio, nosotros le dábamos la luz de Belén para que le ayudase en el futuro y él nos devolvería el Ankus. La idea le pareció buena así que por la noche se hizo el intercambio pero no le vimos la cara.
Ya con el Ankus de nuevo en nuestro poder teníamos que decidir como deshacernos de el sin que nadie jamás lo pudiera encontrar. Y encontramos la solución, enterrarlo bajo tierra junto con nuestros peores momentos, peores sentimientos que queríamos olvidar. Así que lo metimos todo en una caja con un mensaje de aviso y nos fuimos a enterrarlo bajo tierra en un lugar que solo la manada Seeonee sabe.
¡Y esto si que NO, lo vamos a contar!
Por cierto ya tenemos tres lobatos más que hicieron su promesa: Clara, Raquel y Ana María. ¡Enhorabuena a las tres!
Buena caza y largas lunas.
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