Archivo diario: 5 julio, 2013

Ideario Clan Só (8)

Va a culminar el primer año de rutas del Clan XXIV Dinas¬tía Arbayún.

Hace casi un año que comen¬zamos nuestra andadura en esta nueva etapa, reple¬ta de nuevas “ca¬zas”, “aventuras”, “empresas”…así que la ruta nos ha supuesto un reto más, algo diferen¬te.

El trabajo ha sido nuevo pero la formación de Clan ya estaba prede¬terminada: Gloria, Iñigo, Laura, Mi¬guel, Blanca, Fran y Alex son nuestros, junto con Sherpa y Elena como animadores. Hemos for¬mado Clan, presentamos nuestro ideario en Abril, somos el Clan Só.

Os explicaremos el nombre: en Semana Santa del año 2011, enterramos un cáliz muy importante para nosotros en un pue¬blo llamado Ansó. Pero para llegar a dicho pue¬blo, tuvimos que andar y andar y andar y andar……por lo que lo bautizamos “Cansó”, y de ahí nuestro nombre.

Además, ese año hemos planteado cumplir dos proyectos.

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Barbadillo2012 (350) - Zona Ranger

Nino se despertó con un rayito de sol que acariciaba sus pequeños ojos y la brisa rozando sus mejillas. “¡Qué raro!” – pensó – “Mamá siempre baja la persiana de mi habitación cuando me mete en la cama, y papá nunca deja que se quede la ventana abierta por la noche, ¡ni si quiera en verano!” Se desperezó, bajó de un salto al suelo y, con los pies aún descalzos, abrió la puerta de su habitación.

Pero el pasillo de casa había desaparecido. Y el baño. Y la cocina. ¡Y la habitación de jugar!. A cambio de esto, la primera pisada de Nino fue sobre un suelo fresco, suave, lleno de hierba que le ha¬cía muchas cosquillas. Un paso, otro, y al cabo de un momento se encontraba en el borde de un río. El agua estaba fresca, y aprovechó apara lavarse la cara y acabar de abrir los ojillos, con una gran sen¬sación de sorpresa y felicidad. En la orilla de enfren¬te, silencioso como la noche, un pequeño ciervo bebía a lametazos el mismo agua de aquel río. Nino se le quedó mirando, sentado sobre una roca, hasta que el cervatillo acabó y se esfumó de allí con ágiles saltos.

Nino pensaba que aquello era raro, “¿dónde están mamá y papá?”, pero se entretenía paseando y viendo plantas de todas las clases: las había que pinchaban con sus espinas, otras sin embargo tenían pétalos enormes y delicados, al contrario que las que picaban cuando las tocaba, que estaban cerca de otras de colores magníficos. En éstas había abejas que libaban el néctar de las flores y se iban volando para volver a por más tras unos minutos. Al cabo de un rato Nino se sentía cansado, así que se tumbo en la hierba. El cielo estaba azul y el sol llegaba ya al centro de éste, cubriendo todo con una manta de calor que invitaba a quedarse tumbado allí. Cerró los ojos, y escuchó un canto muy agradable. Posado en la rama de un árbol un mirlo llenaba el silencio con sus tonos. Cerca, una ardilla subía por el tronco de un pino y águilas y buitres cruzaban el cielo en busca de comida.

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